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Los datos de carácter personal son los que nos dan la información para identificar a un individuo:
El uso (recopilación, análisis, almacenamiento, reventa, etc.,) de dichos datos por parte de empresas o servicios online. ¿Por qué es importante la protección de los datos personales?
La protección de los datos personales se ha convertido en una cuestión de suma importancia en los últimos años. El uso masivo de las redes sociales y la utilización virtual de información personal en internet ha propiciado abusos y usos indebidos.
Los datos de carácter personal que circulan por la red no solo sirven para que empresas ajenas negocien con ellos sin nuestro consentimiento. También son presa codiciada para los ciberdelincuentes. Que la información personal caiga en manos inadecuadas es algo que a todos nos preocupa. Sus consecuencias pueden ser imprevisibles.
Para mantener la privacidad bajo control, la normativa de protección europea contiene reglas muy específicas. Su objetivo final es proteger a las personas, así como a las empresas.
El Reglamento Europeo de Protección de Datos (RGPD) se encarga de custodiar la información y tratamiento de los datos particulares de las personas. Al tratarse de una normativa para toda la Unión Europea, las empresas que operen en la UE están sujetas a ella. El incumplimiento del reglamento de protección de datos puede acarrear sanciones de hasta 20 millones de euros.
La ley española de protección de datos (LODCP) del año 1999, se sustituyó por la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales con una disposición adicional de Garantía de los Derechos Digitales, para adaptarla a la RGPD.
¿Qué derechos ampara la ley de protección de datos?
Es importante tener muy claro que los más interesados en proteger nuestra información personal somos nosotros mismos. Por ello debemos saber cómo hacerlo de forma eficiente:
Controlar el tipo de información que damos despreocupadamente. Es cierto que al utilizar la tarjeta de crédito resulta inevitable facilitar información personal. Pero en otras ocasiones (encuestas por teléfono, en la calle, etc.) no deberíamos hacerlo bajo ningún concepto.
Sin embargo, el mayor peligro está en la Red:
Navegar solo por sitios seguros
Si en su navegador sale el aviso de que el sito no es seguro, lo mejor es salir de él. Para entrar en webs con contraseña de acceso, no la busque desde el sitio para evitar caer en páginas maliciosas. Mejor copia la dirección en el explorador.
Utilizar buscadores alternativos
Muchos buscadores usan los datos que introducimos para facilitar las búsquedas. Pero esto también puede jugar en nuestra contra.
Cambiar las contraseñas
Lo mejor es utilizar una contraseña diferente para cada cuenta, cambiándolas de forma periódica. Una contraseña segura debe estar formada por una mezcla aleatoria de letras mayúsculas y minúsculas, símbolos y números.
Precaución con la información que compartimos
Nunca debemos compartir información personal (especialmente contraseñas, datos bancarios
) a través de las redes sociales o por mensajes de texto. También debemos ser muy prudentes con las imágenes de menores que compartimos por esas vías.
Configurar nuestro perfil
Excepto que sea necesario mantenerlo público por motivos profesionales, lo más recomendable es mantenerlo en privado para evitar que accedan a él las personas que no deben.
Verificar los contactos
Antes de aceptar a amigos o seguidores en las redes, hay que verificar que el perfil sea real y no aceptarlo en caso de dudas.
Borrar el historial
Así evitamos el spyware y que otros conozcan nuestros patrones de conducta en la red.
La Ley de Protección de Datos se encarga de regular el tratamiento de nuestros datos personales, fuera, y, sobre todo, dentro de Internet. Para minimizar los riesgos de fraude, acoso o extorsión, es importante hacer un uso responsable de la información y proteger los datos con todos los medios a nuestro alcance.