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¿Quién no disfruta de un jardín copioso, lleno de plantas que se abren por aquí y por allá? Sin embargo, no hay que olvidar que para que un jardín esté sano, es necesario regarlo de la forma adecuada. El riego del jardín depende de varios factores, como la exposición al sol, el área del jardín, el tipo de plantas o el suelo. ¿Qué hay que saber para ser un as del regadío?
El riego es fundamental para garantizar la buena salud y el crecimiento de tus plantas. No obstante, para obtener buenos resultados no se puede regar de cualquier manera, puesto que cada planta tiene sus propias necesidades. Por lo tanto, es importante que el riego se adapte a cada una de ellas. Por ejemplo, una suculenta se riega solo entre una y tres veces al mes. Asimismo, el riego de tu jardín es necesario para mantener un bello césped, un bonito parterre y una huerta sana durante todo el año. Regar correctamente evita que las plantas se sequen y que las flores se marchiten. Sin embargo, para aprovechar al máximo el riego, también hay que tener en cuenta las condiciones meteorológicas. Puedes obtener la previsión del tiempo con la Estación Meteorológica Inteligente Netatmo: el producto ideal para mantenerte informado del tiempo local.
Existen diversos sistemas de riego: regadera, pulverizador, manguera, aspersor de jardín…y cada sistema incluye distintos modelos. Esto hace que rápidamente se nos dificulte encontrar el producto que mejor se adapte a nuestras necesidades. Entonces, ¿cómo decidirnos ante un abanico de posibilidades para regar nuestro jardín?
La regadera: es un imprescindible para todos los amantes de la jardinería. Generalmente, lleva una roseta, que es una boquilla colocada en el extremo del cuello de la regadera con el fin de controlar el caudal de agua y, así, crear un efecto de lluvia. La regadera es ideal para áreas pequeñas y para regar con precisión las zonas deseadas. Su capacidad varía de una regadera a otra: desde 1 litro, las más pequeñas, hasta más de una decena de litros, las más grandes. Sus desventajas son tener que ir constantemente por agua para llenar el recipiente (lo que puede volverse tedioso), su gran volumen y su escasa manejabilidad.
La manguera: una herramienta muy práctica para regar el césped, la huerta o las flores. Simplemente, se debe conectar al grifo del jardín. Existen distintos modelos de manguera, cada uno con sus ventajas. Pueden ser más o menos eficaces según el tipo de jardín.
La manguera extensible es ideal para regar tanto zonas cercanas como alejadas del grifo. Puede extenderse mucho y llegar hasta unos 50 m. El diámetro de la manguera determina el riego, ya que influye en el caudal y la presión del agua que de ella sale.
La manguera microporosa posee pequeños orificios por los cuales se filtra el agua, lo que permite dirigir el agua directamente a las raíces de las plantas. Se utiliza, generalmente, en el riego de cultivos. Gracias a su sistema de orificios, el riego se realiza por goteo, de forma regular y a muy poca presión.
Los aspersores de jardín: los aspersores son muy prácticos para regar el césped y, principalmente, cuando necesitamos regar grandes áreas. Son la forma ideal de riego automático. Existen en diferentes modelos: circulares, rotativos, oscilantes, cañón de riego, etc.
Son varios los factores que debes considerar al momento de optar por un sistema de riego: el tamaño de tu jardín, el tipo de suelo (arenoso, arcilloso, calizo…) y tus preferencias. Debido a su autonomía, el riego automático es un sistema muy práctico: gracias a su programador automático, riega tu jardín, incluso cuando tú no estás. El programador se instala en el punto de llegada del agua. De este modo, puedes controlar:
De hecho, existen dos tipos de riego automático
Riego automático por aspersión: sistema de riego perfectamente adaptado a las superficies pequeñas. Se encuentra sobre la superficie, por lo tanto, es visible (a diferencia del sistema de riego enterrado) y su instalación es simple. Este tipo de riego se efectúa con aspersores.
Riego automático enterrado: no se ve en el jardín, ya que se sitúa bajo tierra. Enterrar el sistema de riego presenta las siguientes ventajas:
Cuando riegas tu jardín o huerta puedes ahorrar agua si actúas de forma responsable y si además optas por un sistema eficiente que permita el ahorro de agua.
Sin duda, el agua potable es una buena opción para regar tus plantas, césped o huerta. Pero, ¿para qué gastar agua potable si el agua de lluvia también sirve? Un colector de agua de lluvia permite almacenar agua en un depósito. Es una solución económica y ecológica.
La bomba de riego es indispensable si utilizas un colector de agua de lluvia. Para el jardín, se recomienda usar una bomba de superficie y, más precisamente, una bomba tipo jet. Esta bomba se ubica sobre el punto de extracción de agua (depósito, tanque, pozo…) y aspira el agua para que el caudal sea suficiente al salir de la manguera, o de cualquier otro dispositivo que utilices para regar.
Con el Pluviómetro Inteligente Netatmo es posible:
El riego por goteo es un sistema eficiente que permite ahorrar agua, puesto que se trata de un microrriego del suelo. Para instalar este sistema, es necesario adquirir algunos materiales especializados, como las piezas de conexión y los goteros. Las piezas de conexión, o empalmes, crean los ángulos y las desviaciones necesarios en el sistema para que no haya fugas de agua. De este modo, el agua se puede dirigir a toda el área deseada. Los goteros están dirigidos a las plantas, lo que se traduce en un riego más preciso. Además, el caudal de agua no es el mismo en todos los goteros y, en algunos de ellos, es posible regularlo. Según el tipo de planta que queramos regar, se debe escoger un gotero que proporcione un mayor o menor caudal.
Todo depende de la estación del año y de las plantas que deseemos regar. Por ejemplo, en verano es preferible regar cuando la temperatura baja, es decir, al final del día. En cambio, cuando hace mucho frío (como en el período de heladas), conviene regar en la mañana, ya que de noche hace más frío y es más probable que se forme hielo. Regar es una tarea minuciosa. No olvides que antes de elegir un sistema de riego, ya sea la manguera o el riego automático, debes estudiar tu tipo de jardín. Infórmate sobre las necesidades de tus plantas y presta atención a las condiciones meteorológicas.