Obviamente, no se puede establecer una cifra precisa. Lo que sí se puede es obtener información estadística con las cifras disponibles a fin de establecer cuáles son los momentos preferidos por los ladrones para cometer sus delitos.
- Al contrario de lo que pensamos, la mayoría de los robos y hurtos tienen lugar a plena luz del día, y no de noche.
- Los ladrones utilizan diferentes métodos para identificar las casas que les interesan como posibles objetivos. Si se trata de ladrones expertos, normalmente pueden desvalijar una vivienda en menos de 20 minutos, es decir, en el tiempo que se tarda en volver a casa tras llevar a los niños al colegio.
- Al fijar sus objetivos, uno de los principales elementos en los que se fijan los ladrones es si la vivienda dispone o no, de sistema de videovigilancia.
- Según los datos oficiales que se encarga de editar el Instituto Nacional de Estadística, los robos e intentos de robo y hurto, son más frecuentes en casas individuales que en edificios de apartamentos.
- Los robos aumentan de forma exponencial en determinadas épocas del año: navidad, noche de Reyes, Año Nuevo, Semana Santa, mes de agosto, etc.
- La forma de acceso en una gran mayoría de robos es simplemente, ¡abriendo la puerta! También son habituales los asaltos a viviendas a través de las ventanas. Sin embargo, el porcentaje es menor, aunque se ha incrementado en los últimos tiempos.
En este caso, el índice estadístico también refleja la realidad, alto y claro. En casi el 70% de los casos, no había nadie en el interior de la vivienda en el momento del robo. Y, por supuesto, las viviendas vacías tampoco contaban con ningún sistema de protección: cámaras de vigilancia, sirena de alarma, etc.
Según los datos ofrecidos por el sistema estadístico de criminalidad del Ministerio del Interior, a mayoría de infracciones penales registradas de robos sin efracción (hurtos) son acciones rápidas que se realizan en tan solo unos minutos. En el 50% de los casos de hurtos en viviendas, los ladrones se llevan joyas. En el 33% de los casos, dispositivos electrónicos, y en el 30%, tarjetas de crédito. El elemento común de todos ellos es que son elementos de reducido peso y tamaño. ¡Y, por tanto, muy fáciles de robar en un abrir y cerrar de ojos!
¡Cuidado con el home-jacking!
Sin embargo, a veces puede ser una "suerte" que no haya nadie en casa en el momento del robo. En los últimos años se ha extendido una modalidad de hurto llamada home-jacking, que podría resultar el método de robo más peligroso y dañino para las víctimas que se encontraran en el interior de la casa. En este delito, los ladrones actúan de forma profesionalizada, y buscan algo más que sustraer objetos de mayor o menor valor.
El objetivo de los ladrones es conseguir introducirse en la vivienda empleando algún sistema engañoso (haciéndose pasar por un comercial, repartidor, policía o vecino, para obtener más información), ¡cuando los propietarios de la vivienda se encuentran en su interior! A continuación, les amenazan para obtener las llaves del vehículo o vehículos (coche, moto, etc.), lo que les permitirá salir tranquilamente de la vivienda a bordo del vehículo familiar.
Pero este tipo de ladrones no solo se limitan al robo de vehículos. También hacen el robo de identidad haciéndose con las claves de las cuentas bancarias, tarjetas de crédito, ordenadores personales, teléfonos móviles, etc. Y todo ello, por supuesto, sin contar el peligro real que supone para su integridad física la presencia de personas en el interior de la vivienda.
A todo esto, hay que añadir la dificultad que supone demostrar que se ha sido víctima de un delito de robo. No existen evidencias de que se hayan forzado puertas o ventanas, ni de que se haya producido este tipo de delincuencia. Este es el argumento que esgrimirá la aseguradora para negarse a pagar ningún tipo de indemnización. Una cuestión que se puede prevenir instalando en la vivienda un sistema de video-protección. Las imágenes grabadas por las cámaras servirán de prueba válida tanto ante la policía como ante la aseguradora.