Conclusión nº 1: los hogares familiares (1ª vivienda), son el objetivo de la mayoría de hurtos, robos, e intentos de robo en España
¿Aún está dudando acerca de la conveniencia de instalar un sistema de seguridad en su hogar familiar? Según datos oficiales del Ministerio del Interior, en nuestro país se denuncian unos 2500 robos y hurtos al día. Pero estas cifras solo corresponden a los delitos denunciados, que serían más o menos el 60% del total.
En los últimos años el número de robos ha aumentado a pesar de que seguimos siendo uno de los países más seguros de la Unión Europea. Solo en 2018, los casos aumentaron en un 2% frente al mismo periodo del año anterior. Aunque pueda parecer una cifra poco significativa, debemos tener en cuenta que tomando como referencia la década 2007-2017, el número de robos a viviendas privadas se ha incrementado en un 70% de promedio. Algo que sí resulta un problema de más envergadura.
La estadística de 2500 robos al día seguramente se queda muy por debajo de las cifras reales. En ciudades como Madrid o Barcelona, Sevilla, Valencia o Toledo, las cifras se disparan.
Además del robo de bienes, también hay que considerar los daños ocasionados. Según las estadísticas oficiales de criminalidad, solo el 10% de asaltos con robo a viviendas son "profesionales": es decir, planificados y con objetivos concretos.
Eso nos deja un 90% de asaltos cometidos por "aficionados" que por lo general causan mayor mal por los destrozos que provocan que por las cosas que sustraen. La segunda lectura de esto, es que los asaltantes suelen fijarse en viviendas "fáciles" y dejan de lado las más inaccesibles. Tener instalado un sistema de video-vigilancia es el mejor elemento disuasorio para mantener a los cacos a distancia.
Por desgracia, hasta un 8% de viviendas familiares son asaltadas más de una vez, tal y como demuestra la tasa de criminalidad. Hablamos de robos y hurtos, que pueden causar un grave perjuicio económico o incluso poner en peligro la integridad física de la familia.
El motivo de que exista reincidencia es que los ladrones pueden marcar la casa o hacer correr la voz de que merece la pena asaltar la vivienda. La mejor forma de protección es equiparse con un buen sistema de alarma inteligente.
Conclusión nº 2: los robos y hurtos afectan a todo el territorio nacional
La información oficial revela datos exactos de todos los tipos de infracciones penales que se producen en nuestro país. Aunque ciertamente hay zonas en las que se producen más robos, lo cierto es que los ladrones acechan a lo largo y ancho de todo el país. Por una simple cuestión de estadística poblacional, las ciudades con más habitantes son las que sufren en mayor medida los robos en domicilios.
El centro de Barcelona es la zona de mayor número de infracciones tanto por lo que respecta al asalto de viviendas como a hurtos de carteristas, tirones o robos con intimidación. Le siguen las ciudades más grandes como Madrid, Mallorca, Sevilla o Valencia, lugares en los que las cifras se disparan durante las fechas más señaladas (Semana Santa, Fallas, Feria de Abril, etc.). En ciudades no demasiado grandes, pero con una alta afluencia de visitantes (Toledo, Santiago de Compostela, Tarragona, Murcia), la probabilidad estadística de sufrir robos (homicidios u otro tipo de delincuencia), es proporcionalmente superior a otras ciudades del mismo número aproximado de habitantes. Las ciudades más seguras suelen ser las de menor densidad de población.
¿Vive en una casa aislada en el campo? ¿En el centro de la ciudad? ¿En una urbanización comunitaria? ¿Tiene una segunda residencia? Sea cuál sea el tipo de vivienda en el que reside, nadie escapa a las estadísticas. Cualquiera puede convertirse en víctima de los ladrones cuando menos se lo espere. Por ello es necesario anticiparse a los acontecimientos, con un sistema de seguridad que ofrezca una protección eficaz… ¡y que se pueda transportar en caso de mudanza!
Conclusión nº 3: ¡Sufrir un hurto puede convertirse en nuestra peor pesadilla!
En los últimos años se habla mucho de robos y no tanto de hurtos. Sin embargo, las cifras oficiales no mienten. En el año 2019 se denunciaron un total de 168.000 hurtos (en general) frente a 37.000 denuncias por robo con fuerza en domicilios.
El problema de los hurtos, y muy especialmente, de los hurtos en domicilios es que son muy difíciles de demostrar. No existen pruebas evidentes de uso de violencia, no hay cerraduras forzadas, roturas de cristales ni otras evidencias que demuestren el robo.
Esta situación se agrava aún más en el caso del home-jacking, una peligrosa modalidad de asalto a viviendas cuando los habitantes se encuentran en su interior.
Con este sistema, los asaltantes se cuelan en la vivienda sin usar la violencia, (haciéndose pasar por un repartidor, policía municipal, vecino, etc.) Una vez en el interior, exigen a los propietarios la entrega de las llaves del vehículo, tarjetas, claves bancarias, etc. Sin cámaras que evidencien el asalto, es imposible demostrar los hechos ante la policía ni ante el seguro de hogar. Y, por tanto, resulta muy difícil si no imposible, ser indemnizado.
Conclusión nº 4: ¡hay franjas de edad más críticas que otras!
¿Tiene más de 30 años? Según las estadísticas recogidas a partir de las denuncias presentadas a la policía, parece que los ladrones lo tienen muy claro. Las víctimas de hurtos y robos son personas de más de 30 años. También hay un pico de denuncias entre la población de 60 a 80 años. En esta horquilla de edades se supone que se cuenta con más recursos financieros y menos recursos en defensa y protección personal
Cada año, el Ministerio del Interior junto al Instituto Nacional de Estadística, publica un anuario y estadísticas junto con un informe sobre las cifras de la inseguridad y delincuencia en España, (tasa de delitos contra la propiedad, agresiones sexuales, tráfico de drogas, presos extranjeros, etc). Para la redacción de este artículo, nos hemos basado en estos datos oficiales.
