Netatmo y Somfy anuncian la compatibilidad del Termostato y de las Válvulas Termostáticas inteligentes con la Box conectada TaHoma
Todos conocemos la función de un radiador de agua caliente. Los radiadores de agua caliente suelen ser de color blanco y ofrecen un reconfortante calor durante las frías noches de invierno. Conectados a la caldera central, los radiadores de acero, hierro fundido o aluminio, de más o menos diseño, están presentes en un gran número de hogares, y seguramente, también en los nuestros.
El mecanismo de funcionamiento de un radiador de agua caliente conectado a un sistema de calefacción central es muy simple. El agua caliente que circula por el interior del radiador es lo que hace que se difunda el calor por toda la estancia. Esta agua antes ha sido calentada por el sistema de calefacción central: caldera de gas, caldera de gas-oil, caldera de carbón, sistema de calefacción solar o incluso una bomba de calor.
Una vea que el agua se ha calentado, es propulsada al radiador de acero, hierro fundido o aluminio, desde donde se difunde el calor a toda la pieza. Hay que tener en cuenta que el calor generado puede serlo a través de dos sistemas, según el tipo de radiador: por radiación de una pared caliente o bien por convección obtenida por el movimiento del agua.
Elegir entre un radiador de agua de alta o baja temperatura, radiador de acero, radiador de hierro fundido, radiador de aluminio, radiador vertical, radiador horizontal, etc., no resulta nada fácil. Podemos instalar en nuestra casa o apartamento cualquier modelo de radiador. El calor que producen es muy agradable y su rendimiento varía en función de los diferentes modelos.
En la mayoría de modelos de radiadores podemos conectar el termostato inteligente Netatmo para programar y controlar a distancia el sistema de calefacción. ¡Mejor rendimiento, menor gasto energético y mayor ahorro en la factura!
Los principales materiales en los que se fabrican los radiadores de agua caliente son: hierro fundido, acero o aluminio. También podemos clasificarlos en radiadores de baja temperatura y radiadores de alta temperatura. Además, podemos diferenciar asimismo los radiadores de agua caliente conectados a la calefacción central, por su potencia, rendimiento y precio, que pueden variar sustancialmente.
El radiador de hierro fundido de inercia es uno de los modelos de radiadores más antiguos. Suelen estar conectados a instalaciones de calefacción central que tengan ya varias décadas. Estos radiadores se reconocen por sus partes iguales superpuestas hasta obtener la potencia necesaria para producir el calor deseado. Suelen ser de color blando y bastante eficientes, aunque tardan en calentar.
Los radiadores de hierro fundido, que suelen ser de grandes dimensiones, aportan una energía muy importante. Es decir, que continúan emitiendo calor cuando se apagan. Son un elemento térmico importante que permite economizar energía y calentar la vivienda con más eficiencia. El calor homogéneo y constante que ofrece un radiador de hierro fundido es considerable. Ofrece un gran confort térmico incluso en las piezas menos aisladas y más frías. La mayoría de los radiadores de hierro fundido de inercia funcionan según el principio de calentamiento por radiación.
Los radiadores de acero, que poco a poco han ido sustituyendo a los de hierro fundido calientan rápidamente. Estos radiadores se componen de varias lamas de acero perfiladas ensambladas de dos en dos. Así forman 1, 2 o incluso 3 paneles huecos que forman el radiador, por los que irá el agua caliente producida por el sistema de calefacción central. Los radiadores de acero tienen una inercia interesante y calientan bastante rápido.
En los radiadores de acero, los paneles están equipados con unos deflectores, lo que refuerza la difusión del calor por convección. El rendimiento del radiador puede pasar fácilmente del 50 al 70%.
El último material del que pueden estar hechos los radiadores de agua caliente es el aluminio, o más precisamente el aluminio fundido. Sin embargo, el radiador de aluminio ha de reservarse a las piezas que estén mejor aisladas ya que su inercia térmica es bastante débil: calienta muy rápidamente pero también se enfría igual de rápido. Al utilizar el radiador de agua caliente en aluminio es importante que todos los radiadores de la vivienda sean también de aluminio para evitar la electrolisis. Por último, hay que señalar que los radiadores de aluminio son muy sensibles a la corrosión.
Aparte del material, otra de las grandes cuestiones es si elegir radiadores de alta temperatura o radiadores de baja temperatura.
Aunque el modelo clásico de radiadores de agua caliente son los de alta temperatura (70 a 90º) hay otro tipo de modelos de radiador de baja temperatura, que son más ventajosos. Los primeros suelen ser más de diseños y de precio inferior a los segundos. Los radiadores de baja temperatura suelen ser de mayor tamaño, permiten un mayor ahorro y dan un calor más agradable. Sin embargo, su precio puede llegar a ser muy superior a los radiadores de alta temperatura.
Los radiadores de baja temperatura (o radiadores de “calor dulce”) permiten una reducción de los desperdicios térmicos (pérdidas de calor y energía) en todo el circuito de calefacción central. En resumen, pueden calentar unos 50º como máximo, ofrecer una variación de temperatura más débil, un rendimiento un 10 o 15% superior al de un radiador de alta temperatura, y un gran confort térmico. Pero hay más, ya que también emiten menor cantidad de polvo en movimiento. Por último, los radiadores de baja temperatura mantienen una reserva de potencia en caso de haber temperaturas excepcionalmente bajas.
Como hemos señalado, los radiadores de agua caliente pueden ser de hierro fundido, acero o aluminio; de diseño o clásicos; de alta o de baja temperatura, etc. Pero hay más opciones de elección: en horizontal, en vertical, extra planos, a medida o sobre un soporte.
La elección más adecuada dependerá del emplazamiento en el que vayamos a efectuar la instalación de los radiadores. Hay muchas opciones de elección, tanto para optimizar espacio como para la difusión del calor, adecuando, el formato y tamaño del radiador al lugar en el que va a ser emplazado.
Los radiadores de aluminio o acero pueden costar entre 100 y 300 euros, aunque podemos encontrar radiadores de acero bastante más económicos. Por su parte, los de hierro fundido pueden llegar a costar desde menos de 100 € hasta más de 3.000€.
Para elegir un radiador de agua caliente hay que tener en cuenta varios factores: material (hierro fundido, acero o aluminio), de baja o de alta temperatura, disposición (en vertical o en horizontal), etc. ¡Y también la variedad de precios, puede ser un factor determinante!