¿Cuándo se establece una alerta por ola de calor?

La ola de calor del verano de 2019 batió records. Cada vez más frecuentes, tanto en nuestro país como en el resto del mundo, estos períodos de calor extremo se caracterizan por temperaturas muy altas durante el día, y también por la noche. Por tanto, ¿cuál es el umbral a partir del cual se considera que hay una ola de calor?, ¿cuáles son riesgos para la salud, del calor y el polvo en suspensión en una ola de calor?, ¿cómo afrontarla? Bebiendo mucha agua, pero ¿qué más hay que saber?

La ola de calor, cuando el calor es perjudicial para la salud

La ola de calor de 2019 y otras que hemos venido sufriendo en los últimos años en los meses de julio y agosto, ha hecho que cada vez se hable más de este fenómeno. Cuando las temperaturas máximas suben hasta el punto de que no refresca por la noche y cada tarde el pronóstico del tiempo anuncia que la ola de calor continuará, hay que tomar medidas para no poner en peligro la salud.

¿Cuáles son los riesgos de la canícula para la salud?

Las olas de calor o días de canícula no se declaran simplemente cuando la temperatura alcanza un cierto nivel. Todo depende del país y de su clima: el calor en nuestro país no es el mismo que en Mali, país de calor extremo. Todo es relativo, pero, aunque es difícil comparar las temperaturas que definen la ola de calor ligada a la canícula, una cosa es cierta: cuando en las noticias nos anuncian una ola de calor para los próximos días, hay que estar alertas y obrar con precaución.

Al igual que ocurre en los períodos de frío intenso, las olas de calor son momentos en los que la temperatura pone a prueba el cuerpo humano (y, en general, a todos los seres vivos). Este calor es aún más peligroso para la salud de los sectores de población más frágiles: bebés, niños, mujeres embarazadas, ancianos o enfermos, por ejemplo.

¿Por qué la ola de calor tiene estos efectos nocivos para la salud? Simplemente porque esos episodios de calor intenso y continuo provocan agotamiento además de deshidratación (porque el nivel de agua en el cuerpo se vuelve insuficiente). Además, puede provocar insolación por golpe de calor, enfermedad o hacer que empeoren patologías ya presentes.

Las olas de calor causan al año muchas muertes, directas o indirectas. Por eso el Gobierno, desde la Agencia Estatal de Meteorología, toma medidas para intentar reducir los riesgos, especialmente en los sectores de población más vulnerables.

Las olas de calor en España

Como acabamos de decir, los umbrales de la ola de calor varían según el país y sus condiciones climáticas.

España se encuentra en Europa Occidental. Para esta zona geográfica, la ola de calor se establece generalmente cuando el percentil de temperaturas máximas diarias supera unos límites de riesgo: es decir, cuando la temperatura nocturna está por encima de 20 grados y la temperatura máxima diurna sube por encima de 30-35 ° C.

Cuando la previsión meteorológica anuncia este tipo de temperaturas, también nos advierten de las medidas a tomar para minimizar los riesgos: es importante beber mucha agua, no salir y mantenerse fresco para preservar la salud.

Además, en las grandes ciudades del país como Madrid, Sevilla, Valencia o Barcelona, las temperaturas máximas diarias durante los meses de julio y agosto son aún más altas porque las paredes retienen el calor, los aparatos de aire acondicionado emiten aire caliente al exterior y los coches provocan un alto nivel de contaminación del aire.
La ola de calor no se siente de la misma manera en todas las regiones: cada zona se verá más o menos afectada por olas de calor dependiendo de sus condiciones geográficas. La Agencia estatal de meteorología informará de cuáles serán las comunidades más afectadas y las pondrán en alerta por altas temperaturas para que sus habitantes estén prevenidos ante los riesgos para la salud, pero también para la prevención de incendios forestales y otros problemas asociados a la canícula.

Conocer la temperatura exacta en un momento dado nos ayuda a protegernos frente a una ola de calor. Con la Estación Meteorológica Inteligente Netatmo, tendremos datos necesarios en tiempo real, y sabremos cuál es el mejor momento para ventilar cuando baje la temperatura y el aire esté más fresco. Cuanta más información tenga sobre el clima durante este período, mejor podrá controlar el nivel de temperatura adecuado en su hogar.

El umbral de las olas de calor se reevalúa cada año

Ojo, no se declara automáticamente una ola de calor porque las temperaturas sean altas y el calor persista. Según el Instituto Estatal de Meteorología, (AEMET) para declarar una ola de calor se requiere que las temperaturas máximas diarias superen ciertos umbrales durante el día y la noche y que este episodio de calor sea de más de 3 días consecutivos, con sus correspondientes noches.

Estos umbrales se actualizan cada año. Los baremos para determinar que existe una ola de calor se establecen en base a una temperatura nocturna y diurna y varían según la zona.

VELUX ACTIVE con tecnología NETATMO utiliza sensores inteligentes para controlar la temperatura, la humedad y los niveles de CO2 dentro del su hogar. ¿El objetivo? Controlar automáticamente la apertura de las ventanas de techo para garantizar una temperatura óptima y así evitar las altas temperaturas, que son peligrosas para su salud.

¿Cuáles son las diferencias entre una ola de calor y un tiempo caluroso?

Aunque los fenómenos de calor intenso y ola de calor parezcan similares, los científicos establecen diferencias reales entre los dos.

Lo que diferencia un calor fuerte de una ola de calor en cuando las temperaturas sobrepasan los umbrales mencionados anteriormente. Mientras no se superen, la alerta por ola de calor y el plan asociado a ella no se activarán.

Sin embargo, una cosa sigue siendo igual: los fenómenos de olas de calor y altas temperaturas han ido en aumento durante las últimas décadas, en todo el mundo. Además del aumento general de temperatura de 2 a 10 grados para 2100, la época de canícula y las olas de calor también serán mucho más prolongadas y casi anuales.

Los estudios continúan probándolo día tras día y vinculan esta tendencia a sufrir más olas de calor al cambio climático provocado por la actividad humana.