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Prevenir y protegerse contra los incendios es sin duda uno de los principales motivos de preocupación de los empresarios. Proporcionar a los empleados de sector industrial y empresarial un entorno de trabajo seguro es sin duda su principal objetivo.
Para conseguirlo no es suficiente con la formación periódica que reciben los empleados sobre protección de riesgos laborales. Además de formación e información, es necesario equipar la empresa con todos los recursos necesarios para prevenir, detectar, alertar o extinguir fuegos (y todo tipo de siniestros), que garanticen la seguridad de las personas.
En nuestro país, el Reglamento de instalaciones de protección contra incendios (RIPCI), que se aprobó por Real Decreto en el año 2017, es el que establece las normas a seguir para garantizar la seguridad de los trabajadores.
Muchas de las medidas establecidas en el reglamento de seguridad contra incendios son obligatorias. Otras sin embargo son una especie de recomendaciones para incrementar el nivel de seguridad. Aunque el Reglamento es de aplicación para todo el territorio nacional, el órgano competente de cada comunidad e incluso de cada ayuntamiento, podrá adaptarlas a sus características específicas.
Aunque el RIPCI es el punto clave de la regulación para la protección contra incendios, hay también otro tipo de reglamentos que también deben aplicarse adicionalmente. Nos estamos refiriendo por ejemplo a la normativa sobre diseño, implementación, o puesta en funcionamiento de las instalaciones industriales. Y también, obviamente, al mantenimiento y medidas anti incendio contempladas en otros reglamentos como el Código Técnico de Edificación o el Reglamento de seguridad contra incendios en instalaciones industriales.
Las medidas de prevención de incendios en instalaciones industriales corren a cargo del Ministerio de Industria, Trabajo y Comercio. El Reglamento de instalaciones de protección contra incendios en establecimientos industriales, aprobado por Real Decreto el 5 de noviembre de 1998, es el que contiene las normas de aplicación concretas que deben cumplir los edificios, instalaciones, equipos y aparatos para la extinción de incendios. También regula el mantenimiento y la instalación de las infraestructuras.
Por su parte, la ley 21/92 del 16 de julio, contempla la obligación de las empresas, de contratar un seguro de responsabilidad civil para los casos en los que existan riesgos directos para la integridad física o salud del destinatario, o bien de terceros.
Dentro de las normas anti incendios para empresas se contemplan medidas activas y pasivas.
Son las más evidentes: instalación de detectores de humos, sirenas, o alarmas repartidas por todo el edificio. Estos dispositivos deben estar al alcance de cualquier persona que se encuentre en las instalaciones, para que pueda dar el aviso de incendio.
Otras señales activas son las luces de emergencia, los planes de evacuación, o los simulacros regulares para todos los trabajadores.
Aquí se incluyen las medidas técnicas: anchura de las puertas, construcción ignífuga, número y ubicación de las salidas de emergencia, materiales ignífugos, etc. También en este apartado se incluyen los llamados "sectores de fuego", que dejan aisladas las diferentes zonas para evitar que el fuego se propague por todas las instalaciones. La colocación de mantas ignífugas que se instalan en estas áreas de aislamiento permiten mantener el fuego a raya sin que se expanda a otros lugares del edificio.
El principal requisito de los sistemas contra incendios es proteger la integridad física de todas las personas que estén en el interior de las instalaciones. Estos sistemas de protección empiezan por lo más básico: porque el edificio esté diseñado y construido con materiales y elementos ignífugos, que permitan retener el fuego en zonas estancas para minimizar los daños al material y a las personas. Una vez construido el edificio, hay que equiparlo con detectores de calor y humo que, en caso de incendio, activen las alarmas. Esto permitirá evacuar el edificio con rapidez antes de la llegada de los bomberos.
Las instalaciones industriales también suelen estar dotadas con unos dispositivos que rocían agua al detectar huma. Evidentemente, también ha de haber timbres o sirenas que se accionen de forma manual, y extintores y/o mangueras para que los propios individuos que se encuentren en el interior de las viviendas puedan atacar el fuego en sus inicios.
La reglamentación para la protección de incendios para instalaciones industriales es diferente que la establecida para viviendas particulares. En este último caso no es obligatorio instalar medidas de protección específicas.
Sin embargo, dada la tasa de incendios anuales, algunos países de la Unión Europea como por ejemplo Francia, ya han tomado medidas para prevenir los incendios domésticos. Todas las viviendas particulares han de contar con detectores de humo y extintores homologados por la UE. Esto incluye además la obligación de controlar el buen funcionamiento de los dispositivos para mantener su efectividad en caso necesario.
Aunque en nuestro país aún no es obligatorio instalar sistemas antiincendios, el sentido común nos dice otra cosa. Tanto los detectores de humo inteligentes como los extintores manuales, son elementos de pequeño tamaño y precio asequible. Dos simples aparatos que nos ayudarán a incrementar nuestro nivel de %s y a mejorar sustancialmente nuestro nivel de vida.