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El detector es el mecanismo que inicia todo el proceso. Para que una alarma de incendio se ponga a sonar y active la sirena, el dispositivo tiene que haber reparado previamente en la existencia de humo. ¡Excepto en el caso de que se haya activado la sirena de la alarma de forma manual, con un objetivo concreto! Por ejemplo, para realizar un simulacro, como medida de prevención y de formación.
Los detectores de humo forman parte de los equipos de seguridad y protección de la vivienda o instalación industrial para la detección anormal de humos tóxicos, (entre ellos, el monóxido de carbono), o de vapor de agua. En ese caso, activan una alarma sonora (sirena de incendios) para alertar a las personas presentes en el interior de la vivienda o local.
Los simulacros, o alertas de incendio, son una especie de "ensayo general" para que la población sepa cómo reaccionar en caso de emergencia. Los simulacros de incendio se suelen hacer en empresas, colegios, centros sanitarios y en general, en todos los locales públicos. El procedimiento consiste en que, cuando alguien activa los pulsadores de alarma, todas las personas, al oír la sirena, dejen lo que estén haciendo y sigan las pautas que se vayan indicando para evacuar las instalaciones.
El objetivo es enseñar a la población a actuar del mismo modo en que lo harían en caso de incendio real. De este modo, todos sabrán cómo actuar en caso necesario.
En este caso nos referimos a los detectores, esos pequeños dispositivos de protección contra incendios que se instalan en el techo o paredes de viviendas e instalaciones comerciales. Sirven para detectar la presencia de humo o gases tóxicos y para activar la alerta, a fin de prevenir a las personas de la existencia de un riesgo real de incendio.
Las alarmas de incendios son aparatos dotados de unos sensores capaces de detectar la presencia anormal de humo, llamas, gas butano o propano, monóxido de carbono u otras sustancias nocivas. La presencia de estas sustancias activa una alarma sonora, que permite a los ocupantes de la vivienda reaccionar con la mayor rapidez.
Existen diferentes sistemas de detección de incendios:
Están equipados con una lente capaz de detectar la cantidad de humo visible y acciona la alarma sonora al percibir niveles anormalmente altos de humo en el aire. El dispositivo capta el progresivo espesamiento del ambiente o la dispersión del humo. Existen dos clases de detectores o alarmas ópticas
Están provistos con un elemento transmisor y otro receptor. El elemento receptor activa la alarma cuando la cantidad de luz enviada por el emisor está por debajo de un determinado límite.
Los elementos emisores y transmisores están en la misma cámara, con una pantalla entre ellos, que los separa. Si el humo penetra en la cámara emite un halo de luz que se refleja en el receptor, lo que activa la alarma.
Como el humo tiende a irse hacia arriba, las alarmas contra incendios suelen fijarse al techo. Para que funcione de forma correcta la detección de la alarma es preciso comprobar el estado de las pilas o batería de forma periódica. También, como parte del mantenimiento, hay que limpiar periódicamente el aparato para retirar posibles partículas de suciedad.
Pequeños aparatos preparados para detectar la presencia de gas en interiores y emitir una señal de alarma de tipo sonoro o visual. Algunos modelos de alarmas están conectadas a la toma de gas para desactivar automáticamente el paso del gas en caso de que los niveles superasen los estándares.
Estas instalaciones de protección funcionan conectadas al suministro eléctrico. Al igual que sucede con los detectores de humo, se instalan en el techo para un óptimo rendimiento.
Aunque en España aún no es obligatoria una evaluación técnica que obligue a que las viviendas dispongan sistemas o equipos de protección de incendios, el sentido común nos dice lo contrario. Al igual que lo establecido en el reglamento de instalaciones de protección antiinendios en locales industriales, contar con un detector de humos y de un extintor en la vivienda puede ayudarnos a evitar que el fuego se propague, con todo lo que ello conlleva.
Puede haber muchos casos de falsa alarma de humo: una broma pesada, un bizcocho que se ha cocinado en el horno un poco más de la cuenta, o un mal mantenimiento. ¡Antes de llamar a los bomberos debemos obtener más información y asegurarnos de que no se trata de una falsa detección de alarma de incendio! Para evitar desplazamientos y molestias inútiles, hay que parar el detector de humo tan pronto como constatemos que no hay un riesgo real. Los detectores se pueden desactivar a mano o a través del móvil, en el caso de los aparatos conectados.
Una vez apagado el detector de humos, éste se volverá a activar automáticamente al cabo de unos minutos, como medida de seguridad, mientras el aparato siga detectando la presencia de humo.
La correcta instalación y mantenimiento son muy importantes. Hay que recordar que para que el aparato funcione en condiciones óptimas, es preciso realizar un mantenimiento regular (limpieza, comprobación de pilas o batería, comprobación del funcionamiento de los pulsadores de la alarma, etc.