Netatmo y Somfy anuncian la compatibilidad del Termostato y de las Válvulas Termostáticas inteligentes con la Box conectada TaHoma
En primer lugar, consumir menos equivale a pagar menos por las facturas de energía de Endesa o BP: electricidad, gas, petróleo, etc. A menor potencia contratada, menor consumo. Sin embargo, el aspecto financiero no es ni mucho menos el único factor importante para plantearse reducir el consumo de energía.
Las emisiones de gases con efecto invernadero provocadas por el consumo energético (CO2 y gas metano principalmente), son uno de los principales causantes del cambio climático. Como recordatorio diremos que esta transformación del clima en todo el mundo supone una amenaza real para la vida y supervivencia en nuestro planeta.
Las evidencias están ahí: la temperatura climática está aumentando a mayor velocidad de lo que pensamos. Si no cambiamos de hábitos, por otros de mayor eficiencia energética, las consecuencias serán catastróficas de aquí a algunos años. Limitar los efectos del calentamiento global, así como de la huella de carbono provocada por la actividad humana pasa en gran parte por la disminución del consumo de energía: consumo eléctrico de la vivienda, energía nuclear, etc.
Por otra parte, es interesante notar que, en países como España, el consumo de energía está subvencionado, especialmente gracias a las ayudas financieras de la transición energética.
Es evidente que para disminuir el consumo de energía hay que reducir el gasto de kw/h, de gas, de agua y del resto de formas de energía para evitar el calentamiento. A la hora de calcular el consumo eléctrico, pensemos por ejemplo en la cantidad de hogares y locales que tienen la calefacción a mayor potencia de lo necesario, lo que representa un consumo de energía eléctrica (o de cualquier otro tipo) inútil, con el consecuente gasto que ello supone.
En este sentido no hay ningún secreto: apagar las luces cuando vamos a salir de la habitación, elegir bombillas LED de bajo consumo, invertir en electrodomésticos energéticamente eficientes (comprobar la tarjeta energética de los electrodomésticos), evitar la climatización, usar el horno con moderación, o apagar los aparatos eléctricos (ordenador, router, consola, TV etc.).
Todos sabemos qué estos pequeños actos cotidianos son realmente eficaces para el ahorro de energía. Sin embargo, casi siempre olvidamos realizarlos.
Algunos tipos de energías, como la energía solar o la energía eólica, existen en abundancia. Son energías renovables y más eficientes. Por eso, lo mejor que podemos hacer es utilizar con preferencia energía procedente de renovables. La energía solar fotovoltaica no solo es la más abundante sino también el sistema más recomendable para producir el agua caliente sanitaria y la calefacción. Este consumo de energía renovable es gratuito, al igual que la energía eólica y la biomasa.
Por tanto, de la elección que hagamos dependerá tanto nuestro consumo como el importe de las facturas que tengamos que pagar.
La calefacción puede suponer más de la mitad del consumo de energía de una vivienda. Por tanto, es un factor importante a la hora de tener en cuenta el ahorro energético. Por este motivo nuestro mejor aliado será un termostato ambiental, con medidor de consumo eléctrico, conectado e inteligente a fin de optimizar el funcionamiento de la caldera y de los radiadores, para no tener que estar reprogramando constantemente.
Un buen termostato nos da la posibilidad de programar la temperatura ideal en cada pieza de la vivienda en cualquier momento del día. Un termostato conectado va aún más lejos ya que tiene en cuenta diferentes parámetros, como, por ejemplo, las condiciones meteorológicas o los hábitos de vida. Es una solución ideal para reducir el consumo energético relacionado con la calefacción.
Para un consumo responsable de energía (sea cuál sea nuestro sistema de calefacción: eléctrica, de gas, de fuel…), lo más práctico es optar por el termostato inteligente y conectado Netatmo. Se trata de un medio eficaz para ajustar, programar y controlar a distancia la calefacción. Y también para optimizar nuestro sistema de eficiencia energética, mejorar el confort en el hogar y ahorrar en la factura energética.
La eficiencia energética de la vivienda determina en gran medida nuestro nivel de energía consumida. Debemos esforzarnos por mejorar el rendimiento energético es fundamental para sacar el máximo partido de sus aparatos actuales, al tiempo que mejoran el confort térmico y permiten ahorrar en la factura eléctrica, la del gas o la de la calefacción.
Trabajar en la optimización de la eficiencia energética es uno de los mejores modos de reducir el consumo eléctrico, del agua o del gas, y, por tanto, también las correspondientes facturas. Entonces, ¿por dónde empezar?
El 30% del calor se va por los techos y tejados; más del 20%, por las paredes, y una pequeña parte, por las ventanas y puertas de su vivienda. Para mejorar su consumo de energía sin sacrificar el confort térmico, ¡comience por solucionar las brechas térmicas!
Una vez que hemos modificado nuestros hábitos, optado por la energía renovable, instalado un termostato conectado con mando a distancia y realizados los trabajos de aislamiento, llega el momento de invertir en un sistema de calefacción eficiente y económico, capaz de calentar mucho y consumir lo mínimo. Lo mismo para el calentador del agua. Es una inversión imprescindible, tanto a nivel ecológico como económico y energético.
Conviene saber que una instalación reciente (como máximo, de 15 años), ayuda a consumir mucho menos. Por otra parte, hay que tener en cuenta el coste del uso y mantenimiento, que también contribuyen a engrosar la factura. Por otra parte, es conveniente optar por una solución térmica que se adapte a nuestras necesidades y que nos permite realmente ahorrar energía a largo plazo. Por lo general, mientras más avanzada sea la tecnología, más razonable será su consumo energético.
Cuando hablamos de equipos de calefacción que permitan disminuir el consumo de energía, obviamente estamos pensando en bombas de calor aire-aire, aire-agua o geotérmica, caldera de gas de condensación, caldera de “baja temperatura” o de micro-cogeneración, o también en calentadores termodinámicos para la producción de agua caliente sanitaria.
Ahora puede ir más lejos en el control de la energía que consume, completando su termostato inteligente con las válvulas inteligentes adicionales. Para ahorrar aún más podrá calefactar en función de su ritmo de vida, realizando una planificación adaptado al uso de cada pieza de la casa