¿Qué es un anemómetro?

¿Por qué medir la velocidad del viento con un anemómetro?

Por supuesto, la velocidad del viento es un dato importante a la hora de hablar del tiempo, al igual que medir la temperatura, por ejemplo. Pero ¿por qué es necesario medir este dato? El anemómetro es un dispositivo de gran valor en meteorología por una sencilla razón: el viento es un parámetro fundamental a la hora de pronosticar cambios en las condiciones meteorológicas y comprender mejor los cambios que se produzcan. Sin duda, habremos escuchado más de una vez que el viento ha cambiado y, por lo tanto, que el tiempo cambiará. ¡En esto hay un fondo de verdad!

Por supuesto, el anemómetro no solo se utiliza para medir la velocidad del viento por parte de los servicios meteorológicos. ¿Son los únicos que miden la temperatura o la humedad? ¡Por supuesto que no! Otros sectores como el transporte aéreo y el transporte marítimo, que son muy sensible al mal tiempo y a los cambios bruscos de tiempo, también son grandes usuarios de estos dispositivos. En la construcción o la industria, también es importante medir la velocidad del viento.

Pero, ¡cuidado!: al contrario de lo que se podría pensar, los anemómetros no miden la dirección del viento. Solo estiman la velocidad y la presión. Para obtener su dirección, ¡tendremos que combinar el anemómetro con una veleta!

¿Cómo mide el anemómetro la velocidad del viento?

Tomemos el caso de un anemómetro de taza clásico. La mayoría de las veces, el dispositivo medidor de la velocidad del viento debe colocarse en un mástil de 10 metros de altura (algo difícil de tener en casa…). El dispositivo consta de tres tazas pequeñas que se instalan en brazos horizontales, separados por espacios regulares.

Y ahora comienza a soplar el viento: el anemómetro comienza a girar y esta rotación de los instrumentos permite medir la velocidad del viento en función del número de revoluciones por segundo. El principio es elemental y se basa en las leyes de la aerodinámica, que ponen más resistencia a los huecos que a las superficies curvas.

De hecho, este es el funcionamiento de un tipo concreto de anemómetro. ¡El mecanismo de cada modelo es diferente! Pero, en cada caso, los datos son los mismos (prácticamente).

La evolución de los anemómetros desde el siglo XV

El primer anemómetro mencionado en la introducción, diseñado por Leon Battista Alberti en el siglo XV, fue un anemómetro de placa (volveremos sobre este tipo de anemómetro más adelante). En este dispositivo, para establecer el rango de medición, se estimó la fuerza del viento teniendo en cuenta el ángulo de la placa móvil que gira alrededor de un eje horizontal respecto a la vertical. Esta placa se equilibraba entre la fuerza del viento y el poder de la gravedad.

A lo largo de los siglos, los inventores han ido cambiando el concepto y tipo de anemómetros. Se empezaron a utilizar otros parámetros para medir la velocidad y la presión del viento: la evolución de la frecuencia por efecto Doppler entre un haz emitido en la dirección del viento y su retorno, la variación de la presión en un tubo, el tiempo de un sonido, desde que es emitido hasta que es recibido por un receptor… Sean cuales sean los medios que se utilizan para medir, ¡en última instancia, lo único importante es la precisión de la medición!

Los diferentes tipos de anemómetros

Hoy en día no hay un solo tipo de anemómetro para medir la velocidad del viento y la temperatura, sino muchos tipos. Aunque su sistema de funcionamiento varíe, su función sigue siendo la misma: medir la velocidad del viento y su presión, o viceversa. Sin embargo, ninguno de ellos da la dirección del viento sin la ayuda de una veleta.

Anemómetros que miden la velocidad del viento

En primer lugar, tomemos el anemómetro de cazoletas (llamado también anemómetro Robinson). De uso habitual, el anemómetro de cazoletas o anemómetro Robinson mide la velocidad del viento horizontal y es capaz de resistir condiciones extremas.

Entre los instrumentos que también miden la velocidad del viento, los principales son el anemómetro de hélice o anemómetro de rueda alada (muy fácil de usar por los particulares), el anemómetro de molinete (o anemómetro Byram), el anemómetro de hilo caliente, el anemómetro ultrasónico, el anemómetro bidireccional, el anemómetro de resonancia acústica o el anemómetro láser.

Anemómetros de presión de viento

Los anemómetros más especializados en la medición de la presión del viento tienen diferentes tipos de funcionamiento en función de su diseño. Algunos de estos instrumentos meteorológicos miden la fuerza que ejerce el viento sobre una placa que está frente a ellos, mientras que otros miden la presión del viento a través de un tubo en U, utilizando un manómetro incorporado.

Estos dispositivos para analizar la presión del viento se utilizan menos que los destinados a proporcionar indicaciones de su velocidad, aunque todavía se utilizan.

Entre los anemómetros diseñados específicamente para medir la presión del viento, (aunque también capaces de proporcionar su velocidad), podemos mencionar en primer lugar el primer anemómetro de todos: el anemómetro de placa. Aunque ha evolucionado, su principio operativo sigue siendo el mismo.

Otros aparatos de este tipo son los anemómetros de bola, de tubo y anemómetro de tubo Pitot.

Por último, hay que tener en cuenta que no importa cómo funciona el anemómetro. ¡Lo que importa es la precisión de los datos sobre el viento que proporcionen! ¿Alguno de nosotros sabemos cómo funciona el sensor del termómetro para medir la temperatura? Es posible que no y, por cierto, no es tan importante.

Si desea comprar un anemómetro y realizar sus propias mediciones de velocidad o presión del viento, tenga en cuenta cuáles son sus necesidades de medición y el precio de los aparatos. Elija el producto ideal según sus propios criterios.

En resumen, el anemómetro es el dispositivo de referencia para medir la velocidad y la presión del viento. Algunos modelos son más asequibles, pero otros son están pensados más específicamente para profesionales (sobe todo, para meteorólogos).