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En el trabajo, en la calle e incluso en casa, el ruido ambiental es un elemento omnipresente. La contaminación acústica por ruido afecta nuestra calidad de vida y las consecuencias pueden ser desastrosas. Pero primero, echemos un vistazo al concepto de contaminación acústica y la importancia que tiene la gestión del ruido ambiental para la salud.
En primer lugar, cabe señalar que, la contaminación acústica, según recientes sondeos ¡es un “problema social” para 9 de cada 10! Esto es algo muy grave y muestra la magnitud del problema. Y no nos estamos refiriendo solamente a las molestias ocasionadas por la exposición al ruido del vecindario como única fuente de contaminación acústica… pero casi. También en el trabajo el ruido se incluye en la prevención de riesgos laborales.
Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, la molestia por ruido se define como: “un sonido no deseado que puede ser sancionado cuando daña la paz o la salud de un vecino por 3 factores: su duración, su repetición y su intensidad”.
Un ruido no tiene que ser muy fuerte para ser considerado una molestia. Basta con que sea habitual para que resulte molesto.
En España, así como también en el resto de países de la UE, hay una directiva del ruido ambiental que establece una normativa específica para la reducción de contaminación acústica. Las molestias por ruido están sancionadas según la normativa nacional y europea, ya que: “Ningún ruido en particular debe, por su duración, repetición o intensidad, afectar la tranquilidad del vecindario, o de alguna persona en particular, en lugares tanto públicos como privados”.
La contaminación acústica ambiental, que suele provocar problemas entre el vecindario, se suele denominar también, “ruidos de comportamiento”. Una auténtica tortura para las personas obligadas a sufrirlos. Por eso existen recursos legales de evaluación ambiental para la protección contra la contaminación acústica, que se tramitan a través de los abogados y los tribunales.
Ruidos de obras, gritos, discusiones, ruido del tráfico, música demasiado alta, pisadas… hay muchos tipos de contaminación acústica. Pero, ¿cuáles son los riesgos específicos para la salud, que provoca este ruido? Todo depende del %s https://www.netatmo.com/es-es/guides/weather/air-care/pollution/noise/noise-nuisance), en términos de intensidad y regularidad.
Por ejemplo, un vecino que todos los domingos se dedique a hacer trabajos de bricolaje o reformas en la casa, puede considerarse como uno de los causantes de la contaminación acústica del vecindario.
Los ruidos de alta intensidad o repetidos a alta frecuencia pueden tener consecuencias devastadoras para la salud y la vida de las personas. Afortunadamente, este tipo de presión sonoras rara vez proviene del vecindario, salvo en casos excepcionales. En estos casos, lo mejor es presentar una denuncia y contactar inmediatamente con un abogado).
Acúfenos
Este tipo de ruidos molestos puede alterar o interrumpir nuestro sistema auditivo de forma permanente o temporal. Por ejemplo, puede provocar acúfenos: el oído genera sonidos en lugar de simplemente captarlos. La persona afectada por este tipo de disfunción escucha ruidos que pueden manifestarse como silbidos o zumbidos, más o menos intensos.
Los acúfenos son ruidos invasivos que pueden afectar en gran medida la calidad de vida de las personas que los sufren, a causa de una contaminación acústica significativa.
A veces, pueden ir acompañadas de hipersensibilidad en el oído, lo que hace que la mayoría de los sonidos cotidianos sean dolorosos. El ruido se convierte entonces en un enemigo del que hay que protegerse.
Riesgo real de sordera
Los ruidos fuertes y repetidos que provocan las molestias acústicas pueden dañar el oído, en especial, el tímpano, con la consiguiente pérdida de audición. Es posible llegar a perder completamente este sentido y sufrir una sordera total debido a los ruidos fuertes y regulares.
¡Debemos protegernos bien y evitar este tipo de ruido! Recuerde: si el sonido es desagradable, ¡es perjudicial para el oído!
Pero, también en este caso, es poco probable que el ruido del vecindario sea el causante de este tipo de lesiones (¡por suerte!).
A diferencia de las molestias mencionadas anteriormente, los vecinos sí pueden hacer algo por reducir la contaminación acústica. En casos de exposición a exceso de ruido, cada vez es más habitual que los afectados inicien un procedimiento legal por ruido o molestias por ruido.
Sueño degradado con graves consecuencias
Dormir mal es el factor número 1 para tener un mal día. El problema es que haya ruidos (ruido de música, vehículos de motor, etc.) por encima de los 40 decibelios, tanto si es durante varios minutos como si se repiten a lo largo de la noche, ya que eso impedirá pegar ojo.
La falta de sueño conduce a consecuencias mucho más graves a largo plazo: fatiga crónica, depresión, debilidad inmunológica, irritación permanente… el ruido puede ser mucho más peligroso de lo que creemos y no son solo los sonidos muy fuertes los que debemos tener en cuenta.
Estrés, fatiga … incluso depresión
La contaminación acústica continua en el hogar puede ocasionar daños, a veces irreversibles: estrés provocado por la continuidad del ruido, cansancio provocado por la falta de sueño, depresión, generada por la imposibilidad de estar tranquilo y en un ambiente de serenidad… En estos casos, lo mejor es tomar la iniciativa y medir el ruido para protegerse, o bien iniciar un proceso judicial con un abogado, en caso necesario.
Medir el nivel de ruido es el primer paso para reducir la contaminación acústica. Para ello, la Estación Meteorológica Inteligente Netatmo es una excelente solución tanto para proporcionar el grado de contaminación acústica como la calidad del aire interior, el pronóstico del tiempo o el nivel de humedad en la casa. En definitiva, todo para sentirse informado y disfrutar de un óptimo nivel de confort. ¡No deje que ninguna molestia (sonora o de cualquier otro tipo) influya en su calidad de vida!
En los edificios comunitarios, el ruido y las molestias que ocasiona, suele ser uno de los principales motivos de disputas vecinales y otros conflictos entre vecinos. La solución puede consistir en optar por un sistema de aislamiento fónico o acústico, que proteja del ruido procedente del exterior de la vivienda o bien de una corrección acústica que reduzca la reverberación del ruido, a través de paredes, techos o suelos.
Las molestias por ruido no deben tomarse a la ligera. Pueden causar riesgos reales para la salud, incluso aunque el nivel de ruido sea bajo. No espere a que las cosas empeoren (en el barrio o en su salud) para tomar medidas en vista a mejorar la gestión del ruido. ¡Intente remediarlas o contrate a un abogado!