Bajar la calefacción en un grado: ¿cuál es la ventaja?

Un consumo energético y económico considerable 

De acuerdo con los datos de la ADEME (Agencia francesa del medioambiente y de la gestión de energía), la factura energética de los hogares franceses —que incluye la calefacción, la cocina, el agua caliente sanitaria y la electricidad— se eleva a una media anual de 2900 €, lo que corresponde a un 8,5 % de su gasto total. Solo la calefacción representa una media del 66 % del total de la factura, es decir, 1914 € por hogar.

Además de significar un gran gasto para los franceses, la calefacción residencial es una fuente importante de emisiones de gas de efecto invernadero. De hecho, se estima que emite 598 kg de CO2 a la atmósfera al año por habitante: el equivalente a 5400 km recorridos con un coche de gasolina con un nivel B de consumo. Es decir, unas cinco veces el trayecto de Sevilla a Girona.  

¿Qué ganamos al disminuir en un grado la temperatura de la calefacción? 

Nuevamente, según la ADEME, disminuir la temperatura de la calefacción del hogar en una media de un grado permite reducir la factura en un 7% y ahorrar energía. Se recomienda ajustar la calefacción para mantener una temperatura interior ideal de 19°/20° en el día y de 16°/17° en la noche.  

Con un grado menos, la diferencia en la temperatura de confort es casi imperceptible. En cambio, puede significar un ahorro medio de 134 € al año por vivienda, según la factura media calculada por la ADEME. Asimismo, reduce el consumo energético. En efecto, las emisiones de CO2 a la atmósfera disminuirían en 42 kilos al año por habitante.  

¿Qué soluciones se pueden adoptar? 

La ADEME recomienda el uso de termostatos programables, conectados o inteligentes, que permitan aprovechar la calefacción al máximo, así como reducir el consumo y las emisiones de CO2 sin disminuir el confort de los ocupantes de la vivienda.

Según la agencia, estos dispositivos representan «una pequeña inversión muy rentable», ya que el ahorro efectuado durante el primer año debería ser suficiente para cubrir su precio.  

Los modelos más avanzados proponen la creación de horarios inteligentes. Estos horarios inteligentes permiten, por ejemplo, apagar la calefacción en el día cuando no hay nadie en casa y volver a activarla al final de la jornada antes de que los habitantes regresen. Además, en la noche bajan la temperatura para favorecer un buen dormir. 

En Francia, si la instalación la hace un profesional con certificación RGE (Reconocido garante del medioambiente), en algunos casos es posible acceder a ayudas del estado.  

Las soluciones de calefacción inteligente Netatmo permiten, precisamente, reducir el consumo energético. En efecto, utilizan el horario de calefacción. Así, los usuarios pueden calentar su casa de forma óptima, solo cuando es necesario y manteniendo el confort. Basta con que el usuario responda cinco preguntas sobre sus hábitos para crear un horario adaptado a su ritmo de vida, el que podrá ir perfeccionándose con el paso del tiempo.

Gracias a los cabezales termostáticos inteligentes se puede optimizar la calefacción de la vivienda habitación por habitación. Por lo tanto, se ahorra más energía de acuerdo con las recomendaciones de la ADEME. La función Auto-Adapt va aún más allá y tiene en cuenta el tiempo local y las características térmicas de la vivienda. De este modo, garantiza la temperatura deseada en el momento deseado.