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El gasto en calefacción suele ser considerado, y con razón, un gasto financiero. Por eso es importante tomar precauciones para que nuestro consumo energético no se dispare… ¡y con él, nuestra factura de electricidad!
No sobrecalentar las habitaciones
Si usamos calefacción eléctrica para calentar toda la casa, la factura puede ser estratosférica. Por eso es importante usarla lo necesario y evitar sobrecalentar. La temperatura recomendada es de 19º en las zonas comunes, de 21º en el cuarto de baño y de 16º en los dormitorios, con 3 grados menos al ir a dormir.
Estas temperaturas pueden parecer bajas, pero enseguida nos acostumbraremos y nuestro cuerpo lo agradecerá. Habituarse a una temperatura de 25º no es nada recomendable, sobre todo en el dormitorio: durante el sueño, la temperatura del cuerpo disminuye y eso sirve para conciliar mejor el sueño. Por eso es importante que la temperatura sea inferior a los 20º. Bajar la calefacción, por tanto, es una sana costumbre que no solo resulta beneficiosa para nuestra salud sino también para el consumo de electricidad y, por supuesto, para el bolsillo.
Elegir calefacción de gas en lugar de calefacción eléctrica
Si su vivienda está conectada al gas natural, es conveniente elegir esta energía cuyo precio por Kw/h es bastante inferior al de la electricidad. Puede que la inversión inicial sea algo elevada ya que hay que comprar una caldera de gas. Sin embargo, ese gasto se amortizará rápidamente. Por otra parte, si dispone de una chimenea abierta para ahorrar energía y euros en la factura.
Optimizar el aislamiento térmico de la vivienda para evitar las pérdidas de calor
Calentar una vivienda con las puertas, tejados y ventanas mal aislados supone una pérdida considerable de calor, dinero y energía. Es conveniente realizar un buen aislamiento lo antes posible a estos “coladores de energía” ya que en caso contrario el gasto de energía y dinero no dejará de aumentar. Invertir en un buen aislamiento conlleva un gasto considerable, aunque los resultados a medio y largo plazo se reflejarán en la factura del consumo y de la electricidad.
La calefacción, más el calentador de agua caliente representan el 75% del consumo global de electricidad de una vivienda. Por tanto, controlar dicho consumo también resulta esencial para mejorar el nivel de eficiencia energética.
En este sentido, los consejos más obvios son también los más efectivos: optar por la ducha en lugar del baño, o sacar partido de las horas en las que las tarifas energéticas son menores. También es recomendable ajustar la temperatura del agua caliente entre 55 y 60º: calentar por encima de esa temperatura es un desperdicio que solo influirá en el precio de la factura que tendremos que pagar.
Desde principios del siglo XXI, la facturación de electricidad en los hogares españoles ha aumentado en más de un 25% por término medio. ¡Y eso, a pesar de que el número de aparatos eléctricos de mejor eficiencia energética ha aumentado de forma significativa! Los aparatos eléctricos cada vez se usan más en el hogar, aunque esa no es la principal causa del incremento en el coste de la factura. El uso de estos aparatos no siempre es económico. Con un simple cambio en nuestros hábitos diarios podríamos conseguir ahorrar en la factura de electricidad.
Disminuir el consumo eléctrico en la cocina
En la cocina es donde hay más aparatos eléctricos y electrodomésticos (hornos, frigoríficos, congelador, microondas, tostador, etc.). Es importante alejar al máximo los que producen calor de los del frío para limitar el consumo de electricidad. Así evitaremos el desperdicio de energía, como cuando dejamos abierta las ventanas que están encima de radiadores encendidos. También es importante adoptar buenos hábitos a la hora de cocinar, ya que la cocción de alimentos consume el 7% de la electricidad de la vivienda: bajar la potencia eléctrica, cubrir las cacerolas con la tapa, elegir placas de inducción, cocinar con microondas en lugar de horno tradicional, o usar la olla rápida.
Utilizar mejor los aparatos electrónicos y los electrodomésticos
En primer lugar, limitemos el uso de la secadora, ya que es uno de los aparatos que más electricidad consumen. Por lo que respecta a la lavadora, lo mejor es usarla en frío, utilizando detergentes o lejía de buena calidad para limitar el consumo de energía. En cuanto a la televisión y otros aparatos electrónicos, hay que desconectarlos cuando no se utilicen: un aparato constantemente enchufado sigue consumiendo electricidad, aunque esté apagado.
Las válvulas termostáticas conectadas e inteligentes Netatmo, serán grandes aliadas para la reducción de la factura de electricidad y energía consumida. Podrá programar fácilmente sus radiadores eléctricos a distancia para controlar mejor tanto la potencia eléctrica contratada como la temperatura de cada pieza. ¡Reduzca su factura sin renunciar al confort térmico!
Al igual que ocurre con el gas, el mercado del suministro de electricidad se ha liberalizado: ahora podemos elegir libremente a nuestro proveedor de electricidad y así reducir los costes de la factura eléctrica. Muchos proveedores eléctricos alternativos ofrecen tarifas inferiores a las que nos ofrecen las grandes compañías “tradicionales”. Para elegir bien, es importante conocer nuestras necesidades. Así podremos comparar y elegir entre los diferentes precios de la potencia contratada y del kw/h. en el contador.
Utilizar un comparador online y comparar detalladamente las ofertas de las diferentes compañías eléctricas para reducir el consumo en la facturación de la potencia contratada, sobre todo, de electricidad. ¡Esto también lo podemos hacer para el contrato del gas!
Hay que tener en cuenta las diferentes condiciones de la potencia contratada de energía y de las tarifas, que suelen estar marcadas por los precios fijados por el estado y aplicados por la Red Eléctrica de España, Endesa o Iberdrola. El resto de comercializadoras suelen ofrecer tarifas más competitivas, aunque conviene no dejarse llevar por los cantos de sirena e informarse sobre los motivos reales por la que estos servicios son más baratos: ¿cuál es el precio del kW/h? ¿cuáles son las condiciones de la potencia contratada por días? ¿cuánto cuesta el alquiler del contador? ¿qué periodo o franjas de discriminación horaria ofrecen? A veces, los precios solo son válidos para un cierto tipo de viviendas, o para un determinado periodo de facturación. Por eso es muy importante contactar con el proveedor de electricidad, por teléfono o a través del área clientes, para informarse bien de los elementos que incluirá el contrato para entender la factura y ver si realmente sale más económico.
¡ADVERTENCIA! Cambiar de proveedor no significa que debamos descuidar el consumo eléctrico, ya que, si no adoptamos buenos hábitos de consumo, el importe de la factura seguirá subiendo.
Además de seleccionar la compañía que mejores condiciones nos ofrezca en referencia al contrato de suministro, para ahorrar en la factura de electricidad, también es importante invertir en aparatos de bajo consumo, en los que tengan certificado de eficiencia energética, realizar la revisión y mantenimiento anual de la caldera, o incluso invertir en un termostato conectado. ¡Hay muchas soluciones para ahorrar en la factura!
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